Nos encantan los extremos al hablar de cómo eliminaremos los
sobrantes en el cuerpo que no nos permiten ponernos la ropa que nos gusta.
Entrenamiento de locura, una semana corriendo lo que nunca has corrido en tu
vida, cenar pura agua o ayuno total. Varían los niveles de caso a caso, pero el
punto común es que proponen una estrategia insostenible; después de lograr el
objetivo regresamos a las andadas y volvemos al peso original o algo peor.
Las estrategias que son duraderas son las mejores, sobre
todo porque no representa irte a las montañas y sólo comer frutos de los
arbustos. Es estar inmerso en tu mundo actual, solamente hay que hacer algunos
ajustes:
- Roma no se hizo en un día. Aunque puedas dejar de comer por completo, el cuerpo tarde que temprano te reclamará. Para evitar esto inicia con un par de ligeros cambios, como dejar las bebidas gaseosas o al menos bajar a una botella más pequeña de lo habitual; también evitar las harinas por la noche y procurar comer un poco más de fruta cuando la punzada del hambre ataca en horas extrañas. Una vez que logres eso, haz otros pequeños cambios.
- No hay comida mala, somos nosotros quienes regamos el plato. Tarde que temprano alguien te va a ofrecer una golosina con todas las calorías de la semana, o algún guiso riquísimo pero muy grasoso. Hay que aprender sobre alimentos en general para que sepas qué es lo que comes y ver cómo nivelar las comidas del día, o cuánto es el límite.
- Cambia el enfoque, busca más variedad. Entre las principales razones por las que es difícil seguir una dieta es porque nos concentramos en lo que ya no podemos comer. En lugar de eso, hay que abrir los ojos y encontrar nuevas alternativas; seguramente hay más de un platillo que no has probado antes, que no por ser saludable tiene que saber mal.
- Tu momento Zen, tu isla. Haz a un lado las preocupaciones al momento de la comida; relájate y disfruta tu platillo al máximo. El comer estresado sólo logra que mecánicamente sigas buscando la satisfacción con más comida de la necesaria; hay que dar oportunidad al cerebro que se entere cuando el cuerpo haya comido lo suficiente.
- No saltes comidas. Parece algo sin consecuencia, pero es extremadamente importante que el cuerpo reciba su alimentación con regularidad, de ser posible como un reloj. Incluso está la recomendación de comer en porciones menores cada 4 horas, para evitar los arranques de hambre que nos inclinan a comer mucho más de lo necesario.
Reduce visiblemente tus tallas con:
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