martes, 1 de diciembre de 2015

Vida Sana ¿Por dónde empezar?

Se sigue pensando que mantener la forma requiere un entrenador privado y comer porciones que sólo sacian a las aves. En realidad hay más de un camino para llegar al estado ideal, mientras que se cuide lo que se come, se justifique lo que se come con ejercicio y que se descanse para que el cuerpo se repare. Puedes iniciar con estas recomendaciones:



1.­ Evita los conservadores. Evita los alimentos preparados o en lata y echa un vistazo a los anaqueles de las verduras y alimentos frescos; aparte de comer menos químicos el sabor es superior.

2.­ Prepara tu comida. Por lo general nos justificamos de no tener tiempo, pero existe una extensa literatura para hacer riquísimos platillos al momento, o dedicar un día para hacer guisos más complejos y refrigerar para estarlos disfrutando durante la semana.

3.­ Bajarle a las bebidas. El alcohol y los refrescos; saben tan bien y parecen inofensivos, pero son demasiadas calorías de golpe. Si no se pueden divorciar de ellos, al menos procurar distanciarse lo más posible.

4.­ Frutas y verduras, todos los días. Una de las razones que aumentamos de peso es por no contar con un balance, debemos suplementar con fibra, vitaminas y minerales para aprovechar al máximo lo que comemos.

5.­ Ejercicio. Mínimo debe haber 15 minutos de actividad todos los días para justificar el alimento y activar el metabolismo.

6.­ Muévete. Con tanta tecnología ya casi no necesitamos movernos, pero comemos como atletas. Cualquier pretexto es bueno para evitar estar sentado más de 30 minutos.

7.­ Relájate. El estrés activa nuestros instintos de conservación; de forma inconsciente acumulamos reservas previendo lo peor en el futuro. Encuentra momentos para meditar o una actividad para liberar tensiones y ser feliz.

8.­ Descansa lo suficiente. No robes tiempo a tus noches por jugar o ver más episodios de tu programa favorito, tu cuerpo requiere de 7 a 8 horas promedio para repararse y procesar pensamientos al soñar. 

9.­ Limita la sal y el azúcar. El exceso de sal nos hace propensos a la hipertensión y retención de líquidos. Por otra parte, el azúcar es alimento que asimilamos de inmediato, sus efectos se ven en muy poco tiempo.

10.­ Ponle fibra. Burdamente referida como la escoba de la naturaleza, nos ayuda a sacar todo lo que se queda sin digerir en nuestro sistema y entorpece la digestión.


Puedes ver que la guerra puede ganarse con la suma de pequeñas  batallas. Implementa a tu paso estas recomendaciones y verás que  hacen la diferencia. 



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