La historia de tu vida se ha escrito con muchos deseos e ilusiones, especialmente al cambiar de año. ¿Quién no desea dar vuelta a la página y mejorar? Fuera vicios, ejercicio, aprender algo... El problema es que muchos planes no se hacen realidad por mil y una razones “justificables”, pereza o desanimarse después de un tiempo.
No todo está perdido, lo importante es hacer los cambios necesarios para lograr lo que nos proponemos. Para ello tenemos unas recomendaciones:
- No esperes a que llegue el momento perfecto para iniciar. ¿Qué importa si inicias en el gimnasio a mitad del mes, o cerca del fin de semana? Con cada esfuerzo acumulado irás fomentando el hábito necesario para continuar a largo plazo.
- Levántate y vuelve a intentarlo. Rompiste una dieta por caer en deliciosas tentaciones o llevas semanas que no has salido a correr… evita usarlo como una excusa para detenerte. Lo que importa es lo que puedes hacer ahora; sigue con tu régimen hoy y ponte al corriente.
- Se realista con tus metas. En lugar de coserte la boca e irte de monje al Tibet, piensa en cómo hacer que tus planes avancen. Tal vez en este año sólo bajes el número de cigarros que fumas al día, pero todo avance es bueno.
- Que el mundo lo sepa. Cuando no hay testigos es más fácil desistir, pues no hay evidencia de aquel buen propósito. Platica de tus planes con tu familia o amistades cercanas, incluso pueden animarte en el camino o unirse al reto.
- Come el pastel en partes. Incluso las metas realistas necesitan hacerse en pasos. Dos kilos este mes, un libro, un kilómetro más; así dejará de ser intimidante y podrás disfrutar los triunfos con cada logro.
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